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Itatí, devoción a la virgen, pueblo



En la Provincia de Corrientes, al norte de la Argentina, se ha desarrollado una devoción Mariana que ha conmovido a los corazones de los argentinos, por siglos. Basada en la unión entre indio y español, entre habitante del lugar y colonizadores, Ella ha unido a la gente alrededor del amor por Su Hijo. Y como ocurrió en Guadalupe y en otros lugares, las conversiones siguieron el derrotero de María.
María, como siempre, y por siempre, es el camino a Jesús. Ella nos enseña a amarlo, a tenerlo en el corazón. Y mientras El crece en nuestro interior, los frutos son la prueba tangible de su Presencia.
Según la tradición, la imagen fue encontrada en el río Paraná por un grupo de indios. Estos vieron a la Virgen Inmaculada sobre una piedra rodeada de una luz muy brillante. Fray Gámez ordenó el inmediato traslado de la figura a la reducción, pero la imagen volvió a desaparecer en dos ocasiones, retornando a su lugar cerca del río. Los religiosos comprendieron cuál era la voluntad de la Santa Madre y se dispuso el traslado del asentamiento a esos parajes, que luego se comenzaron a denominar Itatí. Desde entonces, miles de peregrinos visitan cada 16 de julio a esta imagen en su enorme Basílica a pocos metros del río Paraná. La imagen de la Virgen de Itatí está tallada corporalmente en timbó y el rostro en nogal.
Itatí es una ciudad ubicada en la provincia de Corrientes, a la vera del río Paraná. El culto a la Virgen de Itatí fue introducido en 1615 por el sacerdote  franciscano Luis de Bolaños. Sin embargo, los franciscanos emigraron hacia el sur debido a los constantes ataques de los indios guaraníes, llevando consigo la imagen de la Virgen y así llegaron a la región de Yaguarí, donde estaba la Reducción de otro franciscano, fray Luis Gámez. En ese lugar levantaron un oratorio y colocaron a la Virgen, pero un ataque de aborígenes hostiles destruyó el lugar, y la imagen de la Virgen Inmaculada desapareció.
Admiremos la hermosura de la Virgencita de Itatí, en el amor de sus hijos. Dolor y devoción nos llevan al amor, al amor verdadero. Nunca podremos olvidar a quienes, por siglos, acudieron a María ante la necesidad, ante el pedido desesperado. Pero Ella es la Madre de la esperanza, de la fe renovada. En Itati se reunen aquellos que tienen su fe puesta en el Poder de Dios, al que se llega por la confianza depositada ante Su  Madre.


La distancia entre Itatí y la capital de Corrientes es de 63.01 km. y 33.99 km. a Paso de la Patria




La Basílica de Nuestra Señora de Itatí
Es uno de los templos más importantes de América, erigido a pocos metros de la ribera del Paraná, frente a la Plaza Fray Luis Bolaños. Anualmente, miles y miles de creyentes se acercan dando una muestra de su devoción por la Virgen de Itatí.

Su Basílica, fue construida 9 veces a lo largo de la historia, constituyendo una obra arquitectónica de magnitudes impresionantes.

En el interior de la Basílica de Nuestra Señora de Itatí, sorprende su espacio y magnitud, ornamentado con columnas, murales, bajorrelieves y hermosos ventanales, en los se aprecian imágenes de santos y secuencias de las Sagradas Escrituras.

Otro detalle sin igual se lo dan los leves rayos de luz, que ingresan tímidos por las ventanas, y a la vez que le dan una sensación de calidez a la Basílica de Nuestra Señora de Itatí.

La imagen de la Virgen en la ciudad de Itatí

Tallada corporalmente en timbó, y el rostro en nogal, presenta un manto de color azul, escapulario y túnica blancos. En actitud piadosa, en el rostro de la Virgen de Itatí, se advierte una suave sonrisa, cautivante y reveladora.

El Camarín de la Virgen

Con las características de una pequeña capilla, el Camarín de la Virgen de Itatí es un lugar ideal para la meditación, teniendo como compañia la presencia próxima de la santa patrona.

Museo de la Virgen de Itatí o Museo Sacro
El Museo Sacro se encuentra a la izquierda de la Basílica de Nuestra Señora de Itatí, este lugar albergó la imagen de la Virgen de Itatí desde 1853, hasta la construcción de la Basílica.

En la sala dedicada al arte sacro, se destacan las obras talladas en madera por los indios guaraníes, como la Cruz del Buen Ladrón del siglo XVIII, la imagen del Cristo de la Paciencia, en madera policromada y el Cristo Yaciente, con brazos articulados.

El mural externo, representa a un grupo de indígenas a orillas del Paraná, alabando a la Virgen de Itatí con instrumentos musicales autóctonos.
Se encuentra ubicado en uno de los muros laterales, cercano al ingreso de la Basílica de Nuestra Señora de Itatí.

Terraza de la Basílica
Luego de una larga subida, llegará a este increible mirador desde el cual tendrá la imagen de toda la ciudad de Itatí, incluido el Paraná y sus bancos de arena.